jueves, 11 de abril de 2013

PRUEBA DE SUPERACIÓN


Érase una vez, y sin querer repetirme como en los comienzos de los cuentos infantiles, un precioso bosque de árboles verdes, un lago cristalino y muchos animales, entre ellos un conejo blanco, pequeñito, de ojos rojos y cuerpo rechoncho llamado Guimpy.

Guimpy vivía feliz en el bosque, con su familia y amigos, pero el tiempo pasaba, y del día a la noche, Guimpy se sentía triste, le faltaba algo, no sabía el qué

-¿Qué te pasa buen amigo?- preguntó Scracht, su mejor amigo, un simpático cervatillo de grandes cuernos y ojos negros

-No sé Scracht-dijo Guimpy-. Creo que necesito salir de aquí, me siento agobiado, necesito explorar nuevas cosas y saber cuál es mi camino

-Deberías irte de aquí-dijo Scracht con un poco de pena.-Quizás en la gran ciudad consigas lo que quieras obtener

-Te va a sonar ridículo- dijo Guimpy- pero me encantaría competir en las carreras como hacen los caballos

-Bueno ¿pero sabes lo que dices Guimpy?- dijo Scracht con tono sorprendido-.Los caballos son grandes animales, sirven para competir, jamás podrás ser como ellos

-Pero al menos tengo que intentarlo- dijo Guimpy-.

Días después, Guimpy abandonó el bosque despidiéndose de sus amigos y familia; se disponía a emprender una nueva aventura hacia la ciudad, algo desconocido para él. Nadie nunca del bosque había ido hacia la ciudad, así que para los animales, Guimpy era un auténtico aventurero.

Llegado a la ciudad, Guimpy encontró un mundo muy extraño: gente de un lado para otro, convivencia entre seres humanos y animales, animales atrapados en jaulas;la verdad es que Guimpy estaba un poco asustado, pero le echo valor y siguió recorriendo la ciudad.

Tras muchas vueltas por la ciudad, Guimpy iba a cruzar la carretera, cuando de repente aparece un coche a toda velocidad que casi atropella a Guimpy; por suerte fue salvado por un chico de 21 años, de piel blanca, moreno y de ojos verdes cristalino.

-Gracias por salvarme- dijo Guimpy con tono de susto

-De nada- dijo el chico- Me llamo Juan ¿y tú?

-Soy Guimpy- dijo- He venido del gran bosque para poder competir en una carrera como los caballos

-¿Pero cómo vas a hacer eso?- dijo Juan-¿eres consciente de que eres un conejo?

-Sí, pero me da igual- dijo Guimpy-¿por qué no puedo hacer las cosas como las hace un caballo?

-Tienes razón- dijo Juan- Yo te apoyare.

Días después, llegaron a un hipódromo. Al llegar a las inscripciones de los caballos, Juan se asomó a la ventanilla y dijo: -quiero inscribir a mi mascota en la competición de la carrera de caballos-.

-¿Cómo se llama tu mascota?- preguntó el taquillero-.

-Se llama Guimpy el conejo- dijo Juan-.

-¿Qué?¿un conejo? Jajajaja, no me hagas reír- dijo el taquillero-.Esto es una carrera de caballos muchacho, no corren conejos

-Déjalo que corra- dijo un hombre de pelo blanco, delgado, con un bastón en la mano- Soy el organizador de las carreras. Si crees que tu conejo está a la altura, que lo haga.

Juan fue a comunicarle a Guimpy la gran noticia; el pequeño conejo no paraba de saltar de alegría y fueron a la parte donde se preparaban los competidores. Los caballos lo miraban con cara de desprecio, murmurando entre ellos, preguntándose que si era una broma que un conejo iba a competir en una carrera.Guimpy estaba un poco incómodo, pero le daba igual; su gran sueño se iba a cumplir.

Empezó la carrera, Guimpy llevaba el número 15.La gente lo miraba sorprendida  diciendo que hacía un conejo ahí dentro, que iba a hacer el ridículo, que lo sacaran de allí;otros por el contrario, les pareció muy original ver a ese conejo en una carrera de caballos

Empezó la carrera: ¡preparados, listo ya!, todos los participantes empezaron a correr y el final, ¿Cuál fue el final?: Guimpy quedó en 5º puesto, no ganó, pero no le importó, porque su intención no fue ganar, sino poder hacer lo que soñaba que era competir en una carrera de caballos.

La carrera la ganó un caballo llamado Viento veloz, pero Guimpy ganó mucho más: fue admirado por todo el mundo, la gente le felicitó sobre todo por tener la valentía de hacer algo diferente y desde ese día, todo animal puede apuntarse a las carreras y poder participar. Quizás nuestro protagonista no fue un ganador físico, pero fue el ganador moral; con su hazaña demostró que todos somos iguales y que si nos lo proponemos podemos hacer cualquier cosa que queramos en esta vida

PRINCIPIO Y FIN


Era una mañana soleada y fresca y, como siempre, Marta se despertaba  de la cama, se duchaba y desayunaba y estaba lista para ir al trabajo. Vestida con un conjunto de chaqueta y pantalón negro que resaltaba su estilizada figura, un gorro que cubría su larga melena morena y unas gafas de sol que tapaban sus hermosos ojos azules, se disponía a coger su coche, un flamante BMW marrón, para ir al trabajo.

Marta era licenciada en publicidad y trabajaba para una importante compañía publicitaria. Era la número uno de su empresa, le apodaban “la tigresa” y todo lo que se proponía lo conseguía. Era admirada y querida por sus compañeros y familia, era una chica sociable, amable y cariñosa y todos la adoraban.

Una noche, Marta quedó con sus amigas para ir de discoteca. Deslumbrante con un conjunto gris corto y tan a la moda como ella iba siempre, entró en compañía de sus amigas dentro de la discoteca, en la que abundaban la gente y toda la pista estaba rodeada de luces de colores acompañada de una música rápida y ruidosa, la cual, todos los que estaban en la pista seguían dicha música bailando como locos.

Al llegar a la barra, pidió un cubata; al preguntar al camarero cuánto era, se escucha una voz que decía:-a ésta invito yo-.

Marta se giró y vio a un chico alto, moreno, de ojos marrones, con mirada angelical.  Pensaba que era el hombre más guapo que había visto en su vida.

-Muchas gracias-.Dijo Marta

-Me llamo Antonio-. Contestó el chico.

-Yo Marta-.Contestó ella

Estuvieron charlando largo y tendido durante toda la noche. Tras despedirse, él le dio su número de teléfono y se marchó.

Al día siguiente, Marta dudaba si llamar a Antonio. Se armó de valor, le llamó y quedaron para tomar café. Tras una agradable tarde, Antonio le invitó a su piso a tomar una copa. Tras unas risas, se miraron fijamente y se besaron dando paso ese beso a una desenfrenada noche de amor y sexo bajo los edredones de color blanco de la gran cama de Antonio, en el que los dos jóvenes dieron rienda suelta a su pasión.

Pasaron los meses, y la relación entre Marta y Antonio iba consolidándose, hasta tal punto que, en una noche de cena romántica en un restaurante, Antonio dio un paso que sería decisivo en sus vidas. Sacó del bolsillo una pequeña caja y se la dio a Marta, la cual puso cara de asombro cuando vio lo que había en el interior de dicha caja

-Marta, ¿quieres casarte conmigo?-dijo Antonio

-Oh dios mío- dijo Marta con los ojos llenos de lágrimas-. –Claro que sí, ¡si quiero!-exclamó llena de emoción-. Y los dos se dieron un largo beso con los clientes del restaurante como testigos.

Un año después, Marta y Antonio se dieron el sí quiero, en una preciosa iglesia, adornada de pétalos de rosas blancas en el suelo sobre una enorme alfombra roja donde la novia paseó orgullosa, cogida del brazo de su padre, hacia el altar. Tras la ceremonia, se produjo un gran banquete lleno de amigos y familiares donde todos comieron, bebieron y bailaron hasta el amanecer.

 Unos meses después en el trabajo, Marta se encontraba rara, se sentía como débil y fue al médico. Para su sorpresa, estaba embarazada, algo que la joven no esperaba, y corriendo, fue a casa a darle la gran noticia a su marido

-Cariño- dijo ella con nerviosismo-.Estoy embarazada.

-¡Oh dios mío!-dijo él con gran alegría-. Que feliz me haces.- esto hay que celebrarlo. Aunque tienes que tener cuidado que los primeros meses ya sabes como son. Creo que deberías darte de baja en el trabajo por si las moscas

-Anda ya exagerado-.Dijo Marta con tono de poca preocupación-.Que estoy embarazada, no moribunda.

-Mira que eres tonta- dijo Antonio con tono más serio-Tienes que darte de baja, que si no, va a ser peor

-Anda calla, calla, no seas tonto y déjate de estupideces.-Dijo Marta con una media sonrisa-.Que no va a pasar nada.

-¡A mí no me llames tonto!-Dijo Antonio-. Y acto seguido, le pego un tortazo en la cara.

En ese momento, Marta no supo cómo reaccionar, se quedó inmóvil, no esperaba esta reacción por parte de Antonio. Tras el tortazo, Antonio le cogió del pelo a Marta y exclamó:-¡soy tu marido y me debes obediencia y respeto!

Con el tiempo, esas situaciones de violencia se daban día tras día. Marta dejó el trabajo, solo vivía por y para Antonio. Pensó que tras el embarazo, la situación sería distinta y todo volvería a la normalidad, pero no más lejos de la realidad, la situación no cambió. Marta recibía palizas día tras día, lloraba y gritaba de dolor mientras sentía los fuertes golpes que su marido le daba en todo el cuerpo. Su actitud cambió: ya no era esa chica alegre y extrovertida de antaño, apenas se relacionaba con nadie, no tenía apenas amigos y con su familia procuraba ser discreta para que no sospecharan nada.

Una tarde, su madre se quedó con ella ayudando a cuidar su hijo y cuando ella fue a cambiarse, su madre le vio unos moratones en la espalda

-Hija ¿cómo te has hecho eso?-Exclamó la madre con cara de pánico

-Nada mamá-Contestó ella- Se me cayó un jarrón que tenía en el estante de arriba en la espalda.

-Hija mía, mírame a los ojos y dime que eso es verdad-dijo la madre, que ya desde hace tiempo sospechaba de la situación de maltrato que vivía su hija.

-No mamá, te he mentido-. Dijo Marta y rompió a llorar.-Ya no aguanto más mamá, necesito que me ayudes, mi vida es un infierno.

-Hija¿tu marido te pega?-Preguntó la madre de manera clara y concisa

-Si mamá-contestó Marta entre lágrimas-.ya no puedo más, quiero morirme mamá, quiero morirme-.chillaba Marta mientras abrazaba fuertemente a su madre.

Su madre empezó a hacerle las maletas a ella y a su hijo. Marta no tenía fuerzas, estaba destrozada;entonces, las dos mujeres cogieron el coche y se dirigieron a la casa de los padres de Marta.

Tras llegar del trabajo, Antonio entró en la casa y vio que ni Marta ni su hijo estaban en casa, ni tampoco sus cosas. Con furia, empezó a tirar cosas y a destrozar todo lo que vio en la casa. A continuación, cogió el coche y se presentó en casa de los padres de Marta. Llamó al timbre, una y otra vez y el padre de Marta se asomó:

-¡Que quieres mal nacido!!-Contestó el padre de Marta-.

-¡Quiero ver a mi mujer, que salga ya!-Contestó Antonio con furia

-Aquí no eres bien recibido, vete o llamaremos a la policía-dijo la madre de Marta-.

-Marta, no me hagas esto, eres mi mujer, no puedes abandonarme.-dijo Antonio medio llorando.-Eres mía, me perteneces-.

-Estoy llamando a la policía-. Dijo la madre de Marta.-¡vete Antonio!-.

-¡Hija de puta!-chilló Antonio.-Esto no va a quedar así, te juro que te las haré pagar muy caro, ¡te matare!.-. A continuación cogió el coche y se marchó.

Marta estaba en el salón escuchando todo, estaba temblorosa, no podía articular palabra

-Hija-.dijo el padre.-Deberías denunciarle.-No debe darte vergüenza, tienes que ser valiente, pase lo que pase, tu madre y yo siempre estaremos contigo y te apoyaremos a ti y a tu hijo-.

-Gracias papá-.Dijo Marta, tras recuperar el habla-.Mañana mismo lo haré-.

Y así fue, Marta, acompañada de sus padres, puso una demanda a Antonio por malos tratos. Meses después, el juicio se celebró, un juicio largo y lleno de dolor por tener que recordar esos malos momentos vividos, pero finalmente el juicio fue ganado por Marta y Antonio fue condenado y llevado a la cárcel.

Han pasado 10 años. Marta ha vuelto a su vida, es otra vez esa chica, alegre, amiga de sus amigos y ha vuelto a su trabajo donde, gracias a su labor, ha conseguido llegar a ser directiva de la empresa donde trabaja. Gana un buen sueldo y con él, ha creado una casa de acogida en donde da cabida a mujeres que, como ella, han sufrido episodios de malos tratos, pero que por desgracia, no han tenido la suerte que tuvo ella. Es feliz con su nueva vida, con su hijo que ya tiene 10 años y ha vuelto a descubrir el amor con un hombre de gran corazón llamado Carlos, psicólogo de profesión, con el que se ha casado, tiene una hija y trabaja dirigiendo con ella la casa de acogida que ha fundado.

LA MUÑECA FEA


                                     

Todo está oscuro y estrecho. En un pequeño baúl había una muñeca rubia con coletas, estropeada debido al paso del tiempo. Una muñeca con aspecto triste, a causa del abandono de su dueña.

Cuando llegó a la casa de la niña, ella era una muñeca impresionante. Su dueña no paraba de gritar de alegría, jugaba con ella día y noche, era su amor, el juguete de sus ojos. La muñeca era feliz, tenía vestidos increíbles, podía ser desde azafata hasta cocinera, e incluso una ejecutiva; tenía toda clase de complementos como ropa, cosas materiales, algunas hechas por la mamá de su dueña y otras compradas en grandes establecimientos.

Pero va pasando el tiempo, la muñeca va envejeciendo, hasta que llega el punto de que aparecen nuevas muñecas más  completas que acaban sustituyéndola y su dueña acaba guardándola en el viejo baúl.

La muñeca llora y llora, está triste porque está sola, piensa en los tiempos de antaño, cuando ella era especial, única, y ahora está como un viejo trasto. Tiene la esperanza de que algún día, su dueña la rescatará de ese oscuro cofre de soledad y volverá a ser querida.Sin embargo, los años también pasan por su dueña, la cual no solo no la ha rescatado, sino que le ha puesto compañía en ese baúl y son esas muñecas que un día la reemplazaron.

La pobre muñeca seguía llorando y llorando, hasta que un día, de pena, desapareció para siempre

DIARIO DE UN CONFORMISTA


De pequeño te enseñaban a que vivías en un mundo feliz, donde  todo el mundo era bueno. Cuando creces te das cuenta de que no todo en este mundo es blanco o negro, no todo el mundo es bueno ni es malo; dejas de ser ese pequeño Peter Pan que creía en un mundo de fantasía y te estrellas contra una realidad.

 

-Los sueños son esos pequeños pedacitos de muerte que existen en el subconsciente humano lo cual hace que una pequeña parte de nuestras ilusiones sigan vivas; es algo inevitable; todos soñamos, no solo cosas buenas, a veces incluso cosas malas.

 

-Hay gente que cree en los sueños; es muy respetable: ellos sueñan con algo y creen que pueden conseguirlo; incluso en muy pocas ocasiones son capaces de conseguirlo, sin embargo, yo nunca tuve sueños, nunca creí en ellos y pienso que nunca se cumplen.

 

-Yo nunca sueño: me relajo, duermo y dejo mi mente en blanco: eso ocurre cuando no crees en los sueños; es inútil crearte un mundo estúpido lleno de cosas que sabes que no van a suceder para luego despertarte y encontrarte con una realidad que no tiene absolutamente nada que ver.

 

-Por lo tanto, vivo la vida como me tiene que venir porque aprendí a no luchar por las causas imposibles, ni a luchar contra lo que tiene que ser mi “destino”: esto es lo que hay y con lo que hay me tengo que conformar

AMOR PROHIBIDO


Verano de 1943. España vivía bajo la dictadura del general Franco. En un pueblo de Andalucía, como cada mañana, Bernardo se disponía a ir a la escuela.Era un muchacho de 17 años, de mediana estatura, moreno, ojos marrones y pelo corto. Le encantaba asistir a la escuela y estar con sus amigos, sobre todo con su mejor amigo Martín, un chico rubio, alto, de ojos verdes, que volvía locas a todas las chicas del pueblo, las cuáles decían que parecía un extranjero. Pero Martín solo tenía ojos para su novia Paqui, una hermosa muchacha castaña, delgada, de largas y negras pestañas y unos ojos negros como el carbón.

A la vuelta, Bernardo ayudaba a su padre, un humilde panadero, en las labores de preparación del pan en el pequeño negocio que tenía su padre y que servía de sustento económico a la familia. Su padre le decía: -hijo mío, algún día este negocio será tuyo-.

  Un domingo soleado de primavera, Bernardo y sus amigos realizaron una excursión a la montaña. Los cinco muchachos que iban, estaban alegres y contentos por poder acampar, contar historias de terror y pasar una noche fuera de casa.

Llegaba la tarde y empezaba a hacer frío. Entonces los chicos decidieron que lo mejor era hacer una hoguera. Bernardo, muy atrevido, decidió ir a buscar leña y Martín fue con él, puesto que podría perderse

Los dos chicos llegaron hacia el final del bosque, un bosque frondoso  con un pequeño riachuelo de agua cristalina al fondo. Estaba anocheciendo y los chicos habían terminado de cortar leña para la hoguera; entonces decidieron sentarse delante del riachuelo y descansar un poco

-Me encanta la noche, sobre todo porque me gusta mirar las estrellas- dijo Martín

-Bueno, las estrellas no creo que sean nada del otro mundo, no me llaman la atención- contestó Bernardo

-Si ves una estrella fugaz, puedes pedir un deseo y se hará realidad-dijo Martín

-¡Anda yaaa!- dijo Bernardo medio riéndose-.¿Pero tú te crees que una estrella puede hacer que tus deseos se hagan realidad?

En ese momento, una estrella fugaz recorrió el cielo a una gran velocidad

-¡Correee!!Pide un deseo- dijo Martín sobresaltado

-¿yaaa!!!-dijo Bernardo

Los dos chicos se miraron a la cara medio sonrientes

-¿Cuál fue tu deseo?-dijo Martín, curioso

-AAhhh, secretoooo- dijo Bernardo entre risas

-Venga, dímelo-insistía Martín

-Que nooo- dijo Bernardo

-Mira que eres capullo- seguía insistiendo Martín y le pegó una colleja en la cabeza

Bernardo le respondió con una colleja y empezaron a jugar a las peleas tirados en el suelo hasta que Bernardo terminó encima de Martín. Entonces, los dos muchachos se miraron a los ojos y Martín empezó a besar apasionadamente a Bernardo y éste le respondió siguiendo el beso apasionadamente como previo de una noche de sexo y pasión en el que los cuerpos de los dos jóvenes se fundieron en uno, teniendo como testigo el paisaje que le rodeaba y el manto de la noche que les envolvía.

Al amanecer, los dos jóvenes se levantaron abrazados el uno con el otro, se miraron con cara de vergüenza. Bernardo, para romper el hielo, le dijo que deberían marchar hacia donde están sus amigos, a lo que Martín no respondió y se pasaron todo el camino sin dirigirse la palabra.Tras llegar a donde estaban sus amigos, éstos le preguntaron que donde se habían metido toda la noche, que estaban preocupados por ellos, a lo que los dos jóvenes contestaron diciendo que es que se habían perdido.

Pasaban los días y la relación entre Bernardo y Martín se iba enfriando. Bernardo siempre intentaba hablar con su amigo, pero Martín le ponía cualquier excusa para no estar con él, así que Bernardo cada día que pasaba, lloraba y lloraba por el desprecio y el ignore que le hacía su amigo

Pasaron los meses y Bernardo fue a hacer el servicio militar, le destinaron a Melilla y estuvo allí el tiempo correspondiente el servicio militar obligatorio. Al terminar, volvió a su pueblo. Su familia y amigos estaban entusiasmados y le recibieron con una gran fiesta sorpresa. Bernardo estaba emocionado de ver a toda la gente que quería, aunque faltaba alguien: su gran amigo Martín.

Bernardo preguntó por Martín y uno de sus amigos le contestó: -Martín, no ha podido venir, está muy ocupado con los preparativos de dentro de dos días de su boda con Paqui.¿No te ha dicho nada?.

 Bernardo intentó disimular su tristeza y dijo:-No, se le habrá pasado, como hace mucho que no se de él. Bueno ya lo veré en otra ocasión

Llegó el día del enlace de Martín, una mañana de sábado con un clima fresco pero agradable, en la iglesia del pueblo, Martín y Paqui se dieron el sí quiero saliendo corriendo de la iglesia mientras los novios le tiraban el tradicional arroz al grito de: ¡viva los novios!

Tras la lluvia de arroz, Martín giró su cabeza a la izquierda y vio de lejos a Bernardo sentado en un banco que había en una plaza cerca de la iglesia. Bernardo le miraba con una mirada triste y, cuando Martín giró la cabeza hacia otro lado, los ojos de Bernardo fueron poco a poco llenándose de lágrimas, por lo que rápidamente se secó con un viejo pañuelo para que nadie le viera llorar. Tras la boda, Martín y Paqui se fueron a vivir a Madrid puesto que Martín había conseguido trabajo en la empresa de un tío suyo que vivía en Madrid

1983. Habían pasado 40 años, en los que ocurrieron muchos sucesos en la historia de nuestro país entre ellos, la muerte del general Franco, instauración de una monarquía bajo la figura de Juan Carlos I, las primeras elecciones y el intento de golpe de estado militar del 23 de febrero de 1982. Bernardo había heredado el negocio de pan de su padre y, gracias a su esfuerzo y trabajo, logró tener un gran monopolio.

En marzo de 1983, Bernardo tuvo que viajar a Madrid por asuntos de trabajo. Paseando por una calle, vio una figura de mujer que lo miraba atentamente. Bernardo se fijó en ella, la miró a sus ojos negros y largas pestañas y dijo:-¿Paqui?

-Si Bernardo, soy yo Paqui- dijo ella-. Me alegro de verte-.Se dieron dos besos y se sentaron en un café a charlar

-¿Y Martín?-dijo con una voz medio temblorosa Bernardo

-Murió- dijo Paqui con tono de tristeza-.Pero me dio algo para ti, esta carta

Paqui se levantó, se despidió de Bernardo, mientras él la miraba alejándose en el camino. Entonces Bernardo vio en la carta que ponía: Para Bernardo

En esa carta ponía:

Para ti, mi amor prohibido

Al que nunca olvido

Y al que siempre he querido