Todo está oscuro y estrecho. En un pequeño baúl
había una muñeca rubia con coletas, estropeada debido al paso del tiempo. Una
muñeca con aspecto triste, a causa del abandono de su dueña.
Cuando llegó a la casa de la niña, ella era una
muñeca impresionante. Su dueña no paraba de gritar de alegría, jugaba con ella
día y noche, era su amor, el juguete de sus ojos. La muñeca era feliz, tenía
vestidos increíbles, podía ser desde azafata hasta cocinera, e incluso una
ejecutiva; tenía toda clase de complementos como ropa, cosas materiales,
algunas hechas por la mamá de su dueña y otras compradas en grandes
establecimientos.
Pero va pasando el tiempo, la muñeca va
envejeciendo, hasta que llega el punto de que aparecen nuevas muñecas más completas que acaban sustituyéndola y su
dueña acaba guardándola en el viejo baúl.
La muñeca llora y llora, está triste porque está
sola, piensa en los tiempos de antaño, cuando ella era especial, única, y ahora
está como un viejo trasto. Tiene la esperanza de que algún día, su dueña la
rescatará de ese oscuro cofre de soledad y volverá a ser querida.Sin embargo,
los años también pasan por su dueña, la cual no solo no la ha rescatado, sino
que le ha puesto compañía en ese baúl y son esas muñecas que un día la
reemplazaron.
La pobre muñeca seguía llorando y llorando, hasta
que un día, de pena, desapareció para siempre
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