jueves, 11 de abril de 2013

AMOR PROHIBIDO


Verano de 1943. España vivía bajo la dictadura del general Franco. En un pueblo de Andalucía, como cada mañana, Bernardo se disponía a ir a la escuela.Era un muchacho de 17 años, de mediana estatura, moreno, ojos marrones y pelo corto. Le encantaba asistir a la escuela y estar con sus amigos, sobre todo con su mejor amigo Martín, un chico rubio, alto, de ojos verdes, que volvía locas a todas las chicas del pueblo, las cuáles decían que parecía un extranjero. Pero Martín solo tenía ojos para su novia Paqui, una hermosa muchacha castaña, delgada, de largas y negras pestañas y unos ojos negros como el carbón.

A la vuelta, Bernardo ayudaba a su padre, un humilde panadero, en las labores de preparación del pan en el pequeño negocio que tenía su padre y que servía de sustento económico a la familia. Su padre le decía: -hijo mío, algún día este negocio será tuyo-.

  Un domingo soleado de primavera, Bernardo y sus amigos realizaron una excursión a la montaña. Los cinco muchachos que iban, estaban alegres y contentos por poder acampar, contar historias de terror y pasar una noche fuera de casa.

Llegaba la tarde y empezaba a hacer frío. Entonces los chicos decidieron que lo mejor era hacer una hoguera. Bernardo, muy atrevido, decidió ir a buscar leña y Martín fue con él, puesto que podría perderse

Los dos chicos llegaron hacia el final del bosque, un bosque frondoso  con un pequeño riachuelo de agua cristalina al fondo. Estaba anocheciendo y los chicos habían terminado de cortar leña para la hoguera; entonces decidieron sentarse delante del riachuelo y descansar un poco

-Me encanta la noche, sobre todo porque me gusta mirar las estrellas- dijo Martín

-Bueno, las estrellas no creo que sean nada del otro mundo, no me llaman la atención- contestó Bernardo

-Si ves una estrella fugaz, puedes pedir un deseo y se hará realidad-dijo Martín

-¡Anda yaaa!- dijo Bernardo medio riéndose-.¿Pero tú te crees que una estrella puede hacer que tus deseos se hagan realidad?

En ese momento, una estrella fugaz recorrió el cielo a una gran velocidad

-¡Correee!!Pide un deseo- dijo Martín sobresaltado

-¿yaaa!!!-dijo Bernardo

Los dos chicos se miraron a la cara medio sonrientes

-¿Cuál fue tu deseo?-dijo Martín, curioso

-AAhhh, secretoooo- dijo Bernardo entre risas

-Venga, dímelo-insistía Martín

-Que nooo- dijo Bernardo

-Mira que eres capullo- seguía insistiendo Martín y le pegó una colleja en la cabeza

Bernardo le respondió con una colleja y empezaron a jugar a las peleas tirados en el suelo hasta que Bernardo terminó encima de Martín. Entonces, los dos muchachos se miraron a los ojos y Martín empezó a besar apasionadamente a Bernardo y éste le respondió siguiendo el beso apasionadamente como previo de una noche de sexo y pasión en el que los cuerpos de los dos jóvenes se fundieron en uno, teniendo como testigo el paisaje que le rodeaba y el manto de la noche que les envolvía.

Al amanecer, los dos jóvenes se levantaron abrazados el uno con el otro, se miraron con cara de vergüenza. Bernardo, para romper el hielo, le dijo que deberían marchar hacia donde están sus amigos, a lo que Martín no respondió y se pasaron todo el camino sin dirigirse la palabra.Tras llegar a donde estaban sus amigos, éstos le preguntaron que donde se habían metido toda la noche, que estaban preocupados por ellos, a lo que los dos jóvenes contestaron diciendo que es que se habían perdido.

Pasaban los días y la relación entre Bernardo y Martín se iba enfriando. Bernardo siempre intentaba hablar con su amigo, pero Martín le ponía cualquier excusa para no estar con él, así que Bernardo cada día que pasaba, lloraba y lloraba por el desprecio y el ignore que le hacía su amigo

Pasaron los meses y Bernardo fue a hacer el servicio militar, le destinaron a Melilla y estuvo allí el tiempo correspondiente el servicio militar obligatorio. Al terminar, volvió a su pueblo. Su familia y amigos estaban entusiasmados y le recibieron con una gran fiesta sorpresa. Bernardo estaba emocionado de ver a toda la gente que quería, aunque faltaba alguien: su gran amigo Martín.

Bernardo preguntó por Martín y uno de sus amigos le contestó: -Martín, no ha podido venir, está muy ocupado con los preparativos de dentro de dos días de su boda con Paqui.¿No te ha dicho nada?.

 Bernardo intentó disimular su tristeza y dijo:-No, se le habrá pasado, como hace mucho que no se de él. Bueno ya lo veré en otra ocasión

Llegó el día del enlace de Martín, una mañana de sábado con un clima fresco pero agradable, en la iglesia del pueblo, Martín y Paqui se dieron el sí quiero saliendo corriendo de la iglesia mientras los novios le tiraban el tradicional arroz al grito de: ¡viva los novios!

Tras la lluvia de arroz, Martín giró su cabeza a la izquierda y vio de lejos a Bernardo sentado en un banco que había en una plaza cerca de la iglesia. Bernardo le miraba con una mirada triste y, cuando Martín giró la cabeza hacia otro lado, los ojos de Bernardo fueron poco a poco llenándose de lágrimas, por lo que rápidamente se secó con un viejo pañuelo para que nadie le viera llorar. Tras la boda, Martín y Paqui se fueron a vivir a Madrid puesto que Martín había conseguido trabajo en la empresa de un tío suyo que vivía en Madrid

1983. Habían pasado 40 años, en los que ocurrieron muchos sucesos en la historia de nuestro país entre ellos, la muerte del general Franco, instauración de una monarquía bajo la figura de Juan Carlos I, las primeras elecciones y el intento de golpe de estado militar del 23 de febrero de 1982. Bernardo había heredado el negocio de pan de su padre y, gracias a su esfuerzo y trabajo, logró tener un gran monopolio.

En marzo de 1983, Bernardo tuvo que viajar a Madrid por asuntos de trabajo. Paseando por una calle, vio una figura de mujer que lo miraba atentamente. Bernardo se fijó en ella, la miró a sus ojos negros y largas pestañas y dijo:-¿Paqui?

-Si Bernardo, soy yo Paqui- dijo ella-. Me alegro de verte-.Se dieron dos besos y se sentaron en un café a charlar

-¿Y Martín?-dijo con una voz medio temblorosa Bernardo

-Murió- dijo Paqui con tono de tristeza-.Pero me dio algo para ti, esta carta

Paqui se levantó, se despidió de Bernardo, mientras él la miraba alejándose en el camino. Entonces Bernardo vio en la carta que ponía: Para Bernardo

En esa carta ponía:

Para ti, mi amor prohibido

Al que nunca olvido

Y al que siempre he querido

 

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